"Lo que fue y ya no es"

Hay que reconocer que PortAventura es, sin duda, el mejor parque temático que tenemos en España. Eso es así pero que también la calidad del parque ha caído a niveles bastante mínimos en los últimos años. La amabilidad y trato que recuerdo del año de su inauguración o el año de la apertura del resort brilla por su ausencia.

El verano del año pasado fue mi última visita y vi que, hasta ahora, no se está haciendo nada para mejorar. Sí es cierto que a nivel de marketing no paran de venderte productos por aquí y por allá y que seguro que para el negocio debe de ser bueno... hasta que se acabe el chollo.

El parque ha perdido el espíritu aventurero, sus señas de identidad, su marca personal convirtiéndose en una mezcla de ambientes que comenzó a decaer con la creación de 'Sesamo Aventura' (una especie de Polynesia en versión psicotrópica) que rompía con el estilo del parque y la escasez de nuevas atracciones para un público más adulto ('Furius Baco' en 2007, 'Shambala' en 2013, seis años de diferencia entre una y otra) y la escasa calidad de otras ('Bangkor' de 2014, cuando la campaña de publicidad gana a la atracción).

A la vez el personal del parque cada vez es de peor calidad, peor trato al cliente aunque, y no sirve de excusa, sucede a nivel de todos los parques españoles, cierto es que es una pena que el trabajo de unos pocos que si que están entregados pase tan desapercibido. Spain is different, que se dice. No hablemos del mantenimiento porque, a falta de probar este año 'Stampida', aquello era más una tortura que un disfrute como el traqueteo de 'Furius Baco'. Toda una experiencia. Sin contar de ciertos horarios de atracciones que algunos años abren y otros no (¡Hola 'Templo del Fuego').

Yéndome a la época que tengo más visita, Halloween, el parque lleva años estancado en una fiesta que consigue llenar el parque, hacer un buen dinero pero que para aquellos que quieren disfrutar del terror lo más que harán será por las enormes filas de espera que asustan a cualquiera.

Ahora se anuncio el parque de Ferrari Land que acabará por destruir el sello de un parque que proponía una expedición por diversas culturas y que se ha convertido en una especie de Telecinco de parques temáticos viendo esos espectáculos que cada vez son más parecidos y decadentes con escenarios a lo Operación Triunfo.

Pero mientras siga entrando dinero, visitantes y beneficios, ¿Qué más da? Al fin y al cabo PortAventura es una empresa y no una ONG o una fundación que quiera hacer felices a aquellos que disfrutamos de esos detalles, de la sensación de inmersión en los ambientes y demás.