"Un parque de naturaleza modesto para pasar el día"

Kolmården es un parque de naturaleza modesto que amplió sus instalaciones con un par de zonas de atracciones sobre todo infantiles. No es un gran parque, pero es perfecto para pasar el día en familia.
La zona de aparcamiento no está vallada. Al acceder, unas cámaras escanean las matrículas de los coches y al salir hay que pagar 120 SEK (unos 12€ aproximadamente). Por lo que entendí, si no se paga, se recibe la multa a través de la base de datos estatal.
Dado que el público general es familiar, las instalaciones son muy accesibles, con viales de hormigón o asfalto y rampas de acceso por doquier. De todas formas, es muy recomendable llevar calzado cómodo y adecuado para recorrer estos caminos con cierto desnivel. Además, en la entrada se pueden alquilar cochecitos (90SEK) o unos carros con dos ruedas para llevar maletas y cualquier otra cosa (60SEK), que facilitan la visita y se pueden dejar en los muchos aparca-cochecitos repartidos por el parque.
Una vez superada la entrada, nos encontramos en el parque con una cuesta que se puede hacer andando o mediante unas escaleras mecánicas. Junto detrás están un punto de información de la Fundación Kolmården y la zona infantil Bamses Värld. Allí encontraremos varias atracciones pequeñas, la pequeña montaña rusa Godiståget, puntos de restauración, tienda de regalos y servicios.
A partir de este punto empieza el parque de naturaleza propiamente dicho. La mayoría de los animales exhibidos corresponden a especies con programas de repoblación y/o reintroducción en marcha. Hay bastantes recintos para atender los requerimientos de cada especie y, si es el caso, mantenerla separada de las demás. Por ejemplo, el panda rojo del Himalaya y la nutría, o los rinocerontes, las cebras y los antílopes comparten cerco, pero están aislados de otras. Además, todos los cercos cuentan con instalaciones interiores ya que, como se explica durante The Safari Gondola (que permite ver los cercos más “salvajes” que se encuentran en medio del bosque), muchos animales no se exhiben durante los meses de más frío, pero tienen los accesos al exterior abiertos por si tienen necesidad de salir. En este sentido, se pude visitar el habitáculo interior de los elefantes y los rinocerontes (en el que estaban realizando tareas de mejora cuando lo visité) en el que se realizan charlas divulgativas. De hecho, delante de la mayoría de los cercos se realizan charlas de este tipo por parte de los cuidadores.
Tras la zona de los tigres y entre The Safari Gondola y Marine World se encuentra la atracción estrella del parque: Wildfire, una Topper Track de Rocky Mountain Construction. Es una atracción con unos elementos increíbles y transiciones muy suaves. Una delicia. Pero las operativas son muy lentas, tanto por operar con un solo tren (tiene dos) como por la calma de los empleados del parque. Aún así, ni 20 minutos de cola en un sábado lleno de familias.
Por último, se encuentra la zona de Marine World, dado que soy contrario a los espectáculos que no se limitan a la divulgación, solo paseé por allí para comer y subir a la montaña rusa Delfinexpressen. Allí se encuentra la zona más amplia con restaurantes y zona de picnic. Hay mucha variedad para elegir e incluso se puede pedir y pagar a través de la aplicación.
Hablando de picnic, el parque está repleto de zonas con mesas para comer. Incluso se pueden encontrar microondas para calentar la comida. Los vi al lado de la zona de los tigres, pero creo que hay más.
El personal del parque es muy amable, acostumado a tratar con familias y niños algo rebeldes.
Para terminar, hay varias tiendas de merchandising repartidas por el parque y adaptadas a la zona a la que pertenecen, de manera que no se repiten los productos y hay que tenerlo en cuenta a la hora de querer comprar recuerdos.