"El rey de las caídas libres"

¿Te gustan las caídas libres? Gröna Lund es tu parque. Hay tres: Fritt Fall/Fritt Fall Tilt, la típica Intamin con modo sentado o de pie; Katapulten, la torre de rebote de S&S; e Ikaros, la Sky Jump de Intamin.
Pero el parque es mucho más que caídas libres, aunque sus estructuras sean lo que más se ve desde lejos.
Es un parque familiar con mucha historia, se ve en su exterior y la mayoría de sus instalaciones. Destilan un espíritu de parque de atracciones clásico, que ha sabido modernizarse sin perder es valor añadido. Y todo ello aprovechando hasta el último rincón. ¿Puestos de comida y juegos debajo de una atracción? En Gröna Lund es posible. Eso sí, todo aquello que no se encuentra a nivel del suelo cuenta con su ascensor para que nadie se pierda la diversión. Incluso las zonas de escaleras en los viales principales cuentan con unas rampas para los cochecitos.
Lo dicho, es un parque con mucha historia, y se ve en las atracciones. Encontramos desde clásicos como una pequeña dark ride algo terrorífica llamada Blå Tåget a una de las últimas montañas rusas de B&M, Monster. Todas ellas muy bien mantenidas. Por ejemplo, sorprende lo suave que frena Jetline, una Schwarzkopf de 1988.
Como en el resto de los parques suecos que visité, el trato al cliente es excelente, y la comida es muy buena y a buen precio.
¿Y qué decir del parque de noche? Neones, luces de colores… Maravilloso.
Tal vez no sea un parque para pasar todo el día, pero por lo menos toda la tarde hasta el cierre. En este sentido, la renovación de la zona en la que se encuentra Monster ha permitido incrementar la restauración y el entretenimiento más allá de la montaña rusa. Y tengo ganas de ver con qué sorprenderá el parque con su siguiente gran proyecto.
Sin duda, es un parque que merece visitar.