"Por Navidad, más Magia Disney que nunca."

Tal vez Navidad sea la mejor época del año para visitar un parque Disney como Disneyland Paris, que no tiene atracciones de agua. Magia Disney en todo su esplendor. Desde la iluminación del Castillo hasta los desfiles. Y si le sumamos un aniversario especial como el veinteavo, todavía mejor. Tan solo entrar en el parque, se respira espíritu navideño por todos los rincones del Main Street hasta llegar al Castillo de la Bella Durmiente.
La oferta de atracciones, como no, es muy familiar. Toda la familia puede disfrutar de casi todo el parque. Obviamente, alguna atracción no es apta para los más pequeños, pero no impide el disfrute de todos. Desde los clásicos Disney como Peter Pan o Alicia en el país de las maravillas, hasta las atracciones clásicas de Indiana Jones, Big Thunder Mountain o (Hyper)Space Mountain. Tras una temporada 2016 con muchas atracciones cerradas, es de agradecer que todo el parque estuviera en funcionamiento durante 2017. Las actualizaciones realizadas en Peter Pan, It’s a Small World, Pirates of the Caribbean, Big Thunder Mountain Railroad, etc. se agradecen muchísimo. A pesar de las constantes renovaciones, en años no ha habido ninguna novedad importante que convendría para completar algunas áreas como, por ejemplo, Discoveryland.
Por lo que refiere a la oferta gastronómica, hay que reconocer el esfuerzo por ofrecer mucha variedad y calidad en los distintos puntos de restauración. La limitada oferta de platos a escoger en un menú concreto, se compensa con varios menús en el mismo restaurante.
La tematización es uno de los puntos más fuertes de Disney. Adentrarse en cada una de las distintas áreas, incluso sus lands internas (por ejemplo, Indiana Jones dentro Adventureland), es meterse de los pies a la cabeza en los mundos recreados con espero por los Disney Imagineers.
Los trabajos de mantenimiento y restauración son excelentes. Todo el parque se ve limpio y bien cuidado, como si fuera el primer día de apertura del parque. Destacando Big Thunder Mountain Railroad, Peter Pan y It’s a Small World. Hay tanto esmero en que el parque esté limpio que, ante cualquier desperdicio lanzado al suelo, el primer Cast Member que lo vea lo recogerá en un periquete.
El trato al cliente también es otro de los puntos fuertes de los parques Disney. Los Cast Members ayudan a cualquiera a encontrar des del recuerdo más particular (si es que existe) a la atracción más escondida. Todo ello con una sonrisa. Se nota que el parque los cuida, ya que transmiten felicidad y amabilidad por todos lados. Desde preguntar cómo ha ido la visita cuando se compra un recuerdo a integrarse en la historia temática de las atracciones. Brutal que en HyperSpace Mountain hagan uso de la fuerza para hacer parar el tren en la estación o que sean un poco bastante tétricos en Phantom Manor.
Eso sí, Disneyland Paris no es un parque/resort barato. Los precios son un poco elevados, sobre todo en los hoteles. Las opciones más económicas son los hoteles Cheyenne y Santa Fe. Aun así, hay que tener en cuenta que las estancias en el resort incluyen acceso ilimitado a los dos parques y Extra Magic Hours.
Por lo que se refiere al hotel Sequoia Lodge, las habitaciones son aceptables, dos camas dobles y baño completo. La decoración corresponde a la típica de los parques naturales de los EEUU, que en las habitaciones se limita a una paleta de colores cálidos y la presencia de motivos naturales relacionadas con películas como Bambi. El buffet de desayuno es completo, aunque no presenta una gran variedad. Incluye zumos, leche, café, cereales, huevos, bacon, pan y pequeñas pastas.
Conviene ir a ver los desfiles del Main Street y el espectáculo del Castillo con tiempo. El primero hay que verlo en primera fila de cualquier acera de la plaza frente el Castillo o el Main Street. Para disfrutar del espectáculo del Castillo hay que ponerse justo delante, preferiblemente en la zona central de la plaza. Eso sí, una vez finalizados no hay que acercarse a las tiendas, ya que se llenan tanto que si uno no tiene claro qué quiere comprar, no podrá deambular con calma por allí. Hay tanta variedad de recuerdos que hay que pasarse por las tiendas con tranquilidad. Para ello, lo más práctico es hacerlo a primera hora, a la hora de comer o mientras se están desarrollando los espectáculos. Y para no ir cargándolo todo por el parque, se pueden recoger los recuerdos más tarde en Disney Village o en la tienda del hotel.
Así que, si os gustan la Navidad y los parques Disney, no podéis dejar de visitar Disneyland Paris a finales de año.