"Un parque para los que viven cerca"

La experiencia en este parque, hizo que me decepcionará un poco, tenía unas expectativas altas al ver vídeos de you tube. Para empezar las cabinas para cambiarse son estrechas y con un asiento ridículo ( dónde apenas te cabe la mochila ). Lo mismo pasa con las taquillas están muy compactas y apenas hay espacio para maniobrar, sin que molestes a los que tienes alrededor. Una vez dentro te encuentras él suelo con varios desniveles que resbala mucho, tienes que ir con pies de plomo, para no caerte. También se forman grandes charcos, con lo que conlleva a la proliferación de hongos.
Los toboganes sencillos y sin apenas agua, lo cuál hacía que no resbalarán y tenías que darte impulso con las manos.
Cinco toboganes salen de una misma torre central, dónde la escalera estrecha con una barandilla que esta rota y en la que se ven tornillos no ayuda demasiado, está se colapsaba demorando el tiempo de espera.
Hay dos piscinas, una de ellas esta mal tematizada como si fuese una cueva, para relajarte ya que dispone de chorros y burbujas, el problema esta para acceder a ella, ya que tienes que bajar como unos 10 escalones los cuáles resbalan.
La única atracción a destacar Rapido, un río con una corriente grande de agua entretenido, emocionante y divertido. Tambien el buen trato de los trabajadores.
Gastronomía como en todos los parques, nuggets, hamburguesas, hot dog, patatas, etc. Una temática pobre, simula como una isla tropical o por el estilo, pero deja mucho que desear.
En definitiva es un parque que solo merece la pena, para los que vive cerca y quieres distraerte un rato.