Hoy se cumplen seis meses exactos de la concesión a Tarragona de los Juegos del Mediterráneo de 2017. Seis meses de la histórica votación del 15 de octubre de 2011 en Mersin (Turquía), donde se impuso a Alejandría (Egipto) por un ajustado margen de dos votos (36-34). Seis meses marcados, tras la euforia desencadenada a raíz de la designación, por la disolución de la candidatura tarraconense y por los preparativos de la constitución del comité organizador, que legalmente ya debería estar formalizado según el contrato firmado con el Comité Internacional de los Juegos.Inicialmente se había barajado la fecha del 30 de marzo para el anuncio del nuevo comité, aunque se ha acabado retrasando unas semanas y aún deberemos esperar unos días más. Se sabe, eso sí, que el organismo estará representado por el Comité Olímpico Español y el Ajuntament, que llevarán la batuta del proyecto, junto con el Gobierno español, la Generalitat de Catalunya y la Diputació de Tarragona, así que su constitución no deja de ser un mero formalismo.Pero lo que de verdad importa es que el comité se ponga en marcha de una vez por todas ya que se trata del organismo que debe marcar la hoja de ruta a seguir a partir de ahora. Sobre la mesa también tendrá una auténtica patata caliente: la financiación de los Juegos y la concreción de las aportaciones económicas de unas y otras instituciones en los próximos años para sacar adelante el proyecto, que alcanzaría los 250 millones de euros.
Las inversiones, en 2013
De entrada los presupuestos generales del Estado no contemplan para 2012 ninguna asignación, aunque es cierto que este año es prácticamente de trámite y sin apenas gastos: la candidatura abandona el local de alquiler donde tenía su sede, en la calle Sant Agustí, y buscará un inmueble municipal en el que trabajadores del propio consistorio coparán el reducido equipo de trabajo con el que reanudarán el proyecto. La actual coyuntura económica, con continuos recortes, no da para más.Las inversiones llegarán a partir de 2013. Tarragona sigue contemplando un Palau d'Esports y una piscina olímpica de 50 metros descubierta -ambos en Campclar- como únicas infraestructuras que se construirán expresamente para los Juegos, ya que se aprovecharán la mayor parte de instalaciones existentes con remodelaciones y adaptaciones.Ya está casi descartada la villa olímpica prevista inicialmente en la zona de Pou Boronat por varios motivos, según fuentes de la propia candidatura. Por su elevado precio, alrededor de 100 millones de euros; por su complejidad: sólo la expropiación de terrenos y posterior urbanización de la zona en la que se ubicase necesitaría entre cinco y seis años; y por la escasa rentabilidad futura: los inmuebles construidos difícilmente tendrían salida a corto plazo con el mercado inmobiliario y perspectivas actuales.De ahí que el proyecto de Tarragona'2017 contemple cada vez con mayor fuerza aprovechar las plazas hoteleras de la Costa Daurada para dar cabida a los 3.000 participantes de los Juegos, al margen de árbitros y auxiliares de las delegaciones de cada país.