No cabe duda de que estamos viviendo un boom tecnológico. Somos curiosos y nos gusta lo nuevo: nos sorprendemos con los avances tecnológicos, tenemos siempre ganas de probar lo más novedoso y ansiamos estar a la última en dispositivos. Y parece que la industria conoce nuestras curiosidades, por eso en los últimos años hemos ido descubriendo un nuevo repertorio de dispositivos, incluyendo los smartphones, los smartwatches...y más recientemente, la realidad virtual.

Por supuesto, la realidad virtual no es un concepto nuevo, pero no ha sido hasta hace muy poco cuando la conocemos como una realidad tangible. Oculus y Samsung son dos compañías que se han atrevido a apostar por esta nueva tecnología, habiendo desarrollado hace un tiempo el Gear VR que tanto protagonismo ha tenido en el Mobile World Congress de Barcelona celebrado este febrero.

Era cuestión de tiempo que los parques temáticos y de atracciones encontrasen en la realidad virtual una vía relativamente barata y sorprendentemente atractiva para traer nuevas experiencias a sus visitantes, que cada día se vuelven más exigentes.

¿Y qué ventajas trae esto? ¿Qué lo hace tan revolucionario? Es simple. Los parques temáticos buscar crear experiencias temáticamente inmersivas para el visitantes. Esto es fácil de hacer en atracciones bajo techo y montañas rusas de tamaño pequeño o mediano. Claro ejemplo de ello son las atracciones de los parques Disney y Universal, como pueden ser Big Thunder Mountain o The Revenge of the Mummy. ¿Pero qué pasa con las montañas rusas más grandes? Es tremendamente costoso tematizar o decorar por completo grandes mastodontes de acero como las montañas rusas de la firma de Bolliger and Mabillard o Intamin. Esto limita mucho este tipo de atracciones: no pueden tematizarse como es debido, y de hacerlo, solo es en la zona de colas. Por ese motivo los parques verdaderamente temáticos e inmersivos no son precisamente conocidos por tener las montañas rusas más grandes y altas, porque saben que no pueden proporcionar una experiencia temática acorde.

Ahora bien, con la realidad virtual todo cambia. Y lo estamos viendo ahora. Una tecnología que puede trasladar al usuario a mundos virtuales en 3D y en 360 grados abre un nuevo mundo de posibilidades. Los parques se han dado cuenta de las posibilidades que esto ofrece. Y se ha desatado una peculiar competición por el ''yo primero''. Veámoslo.

Europa Park es el parque pionero en usar esta tecnología. Hace ya varios meses comenzaron los tests en la montaña rusa Alpenexpress, solo poseedores del pase anual podían probarlo, y solo estaba disponible en dos asientos del tren. A día de hoy todo el mundo puede disfrutar de esta experiencia por el precio de 2€.

Un paso más allá ha ido Alton Towers, que cerró el año pasado su mítica montaña rusa Air para una profunda reforma sorpresa. ¡Y vaya si fue sorpresa! El parque sorprendió a todo el mundo con un nuevo nombre y una nueva temática para la atracción: Galactica, que sumergirá al visitante en un verdadero viaje espacial haciendo uso, cómo no, de la realidad virtual.

Y más recientemente, concretamente hoy mismo, nos deja con la boca abierta Six Flags. El gigante de la industria del entretenimiento ha anunciado montañas rusas virtuales para nada menos que nueve de sus parques en Estados Unidos y Canadá.

Es emocionante ver cómo en un plazo tan breve de tiempo han emergido estas nuevas experiencias. No cabe duda de que la realidad virtual es una nueva tecnología abre fronteras hasta ahora desconocidas en el mundo de los parques temáticos. No puedo esperar a ver qué será lo siguiente y espero poder disfrutar muy pronto de algo así en un parque cerca de casa. Y seguro que vosotros también.

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