Este fin de semana hemos vuelto a esta en ese lugar alejado del tiempo y del espacio, donde parece que el mundo exterior deja de existir, o se para el tiempo fuera mientras nosotros disfrutamos, reímos, saltamos, nos tiramos por los suelos.... Ese hotel del lejano oeste, que nos trae tantos y tantos recuerdos, que pisamos todos juntos una vez al año, repleto de calabazas, esqueletos, telarañas y brujas, y que ahora nos hemos encontrado repleto de luces, árboles y bolas de navidad; donde paseando por las calles solitarias, nos invade el espíritu de la navidad, y que con otra de esas canciones que suenan por todas partes, hace que salga el niño que llevas dentro, y junto con los otros 15, se ha convertido en un fin de semana inolvidable!
