La reconstrucción del esqueleto completo de Turiasaurus riodevensis, realizada por la Fundación Dinópolis y que se dio a conocer la semana pasada, se ha convertido en un hito de la paleontología española. Nunca se había desarrollado un trabajo de investigación tan concienzudo y metódico sobre un dinosaurio hallado en España, siendo además el más grande de Europa y uno de los más completos del mundo. Eso ha hecho que se halla convertido en una estrella internacional de la paleontología de dinosaurios y que en países como Japón sea un referente del gigantismo durante el Mesozoico.

Contemplar la reconstrucción del esqueleto de Turiasaurus impresiona. Mucho más incluso que el corpóreo que se exhibe desde este verano en el nuevo espacio al aire libre del parque paleontológico Dinópolis.El esqueleto completo se terminó de construir hace pocos días y lo pudieron conocer el pasado miércoles la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Mayte Pérez, y el director general de Cultura, Nacho Escuín, que quedaron maravillados del resultado, una muestra más del trabajo que desarrolla la Fundación Dinópolis en investigación científica y divulgación.

Esta nueva aportación de la paleontología turolense es un paso más en el conocimiento de los dinosaurios, en concreto de los más grandes que poblaron el planeta hace 150 millones de años. Detrás hay doce años de una investigación que no cesa y que ha situado a Turiasaurus y el clado turiasauria en el centro de la cladística (clasificación mundial) de los saurópodos (dinosaurios cuadrúpedos de gran tamaño y de cuello y cola largos).Todavía está pendiente de presentación una tesis doctoral realizada en la Fundación Dinópolis sobre la anatomía funcional de estos animales, que verá la luz próximamente. Precisamente los saurópodos, por su tamaño, son los animales sobre los que más incógnitas existen sobre su movilidad, debido a la dificultad de compararlos con otras especies actuales.

La construcción del esqueleto completo de Turiasaurus surgió a raíz del encargo que la Fundación recibió de Japón para hacer una réplica de la mitad delantera que se exhibe en Titania, el centro satélite de Riodeva. Su clon se muestra ahora en Tokio dentro de una espectacular exposición sobre dinosaurios.

El director gerente de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, consideró que tras terminar el encargo de Japón, y con la experiencia adquirida, podía ser interesante reconstruir todo el esqueleto. El mismo equipo contratado eventualmente para estos trabajos, formado por seis personas, además del personal de la institución encargado de la dirección científica y técnica, se hizo cargo de los trabajos.

El resultado es impresionante porque, además, se ha reconstruido el esqueleto en movimiento, como si el dinosaurio estuviese caminando. El trabajo, consistente en tallar una réplica de cada fósil en poliespan, llevó más de tres meses, pero detrás se encuentra una investigación de doce años, desde que en 2003 empezó a excavarse el dinosaurio.Desde entonces se han producido varios hitos. El primero tuvo lugar en 2004, un año después del hallazgo, cuando se presentó públicamente ante la expectación creada. Al año siguiente sus fósiles se expusieron de forma permanente en el Museo Aragonés de Paleontología que alberga Dinópolis, y a finales de 2006 se hizo la publicación científica del hallazgo en la prestigiosa revista Science.Desde entonces han continuado las aportaciones científicas y las reconstrucciones de su esqueleto y de su anatomía. Y habrá más porque los hallazgos siguen produciéndose y la investigación no cesa.

La réplica del esqueleto completo de Turiasaurus riodevensis está pensada para poder ser trasladada a cualquier sitio y poder montarse en apenas 4 horas sin grandes complicaciones.

Está construido casi como un mecano o como un puzle gigante, de manera que las piezas puedan ensamblarse y volver a desmontarse sin apenas complicación. Varios huesos del esqueleto aparecen integrados en una sola pieza con una estructura metálica en su interior que es la que los une. Ninguna tiene más de 2 metros, lo que facilita su movilidad para poder montarlo en cualquier sitio.

Es una pieza única a nivel mundial y para hacerla se ha digitalizado previamente cada uno de los huesos del animal, no solo los correspondientes a los fósiles que se han encontrado, sino también a los que se desconocen pero que se han reconstruido a partir del resto siguiendo criterios anatómicos.

El destino de este esqueleto es una incógnita, aunque el domo de la paleontología turolense sería un buen lugar.

0