Para muchos entusiastas, Disney es conocida tanto por los proyectos que no llegan a fructificar como por los que se hacen realidad. A uno le pueden fascinar las atracciones cerradas, los conceptos olvidados y los planes que no pasaron de la mesa de diseño. Vamos a sumergirnos en uno de los conceptos perdidos más conocidos de la factoría Disney.
En los años 1970, los Imagineers de Walt Disney anunciaron oficialmente una nueva e impresionante área que se añadiría a las siete ya existentes en Disneyland (California) – una extensión del amor de Walt por Americana y sus ambientes fantásticos imposibles que solo los Imagineers podrían llegar a crear. Discovery Bay habría sido el área insignia del imperio de los parques temáticos Disney. Los conceptos magníficos, imaginativos y fantásticos de Discovery Bay se hubieran convertido en una de las mejores áreas en cualquier parque Disney, incluso a día de hoy.
Pero Discovery Bay nunca llegó a abrir. Vamos a explorar en tres entregas la tumultuosa historia que conduce a su diseño, qué hubiera contenido esta área, porqué nunca abrió, y dónde se pueden encontrar restos de su esencia repartidos por todo el mundo. Cogeros fuerte mientras descubrimos los misterios perdidos de Discovery Bay.
Indicios en el Oeste.
Si habéis visitado Magic Kingdom, Tokyo Disneyland o Disneyland Paris, os habréis asombrado ante las gigantescas y geométricamente "naturales" formaciones de Big Thunder Mountain. En cada uno de estos parques, las icónicas torres rocosas fueron modeladas de forma muy precisa a partir de los monolitos de Monument Valley en Arizona (EEUU), un Parque Nacional que se extiende por un masivo y extenso desierto. Al igual que sus (relativamente) masivos y poderosos castillos, estos tres parques construyeron picos imponentes, ásperos, angulosos y geométricos en ambientes desérticos a propósito – resultando en una escala más grande que la realidad.
Pero, ¿habéis notado alguna diferencia sutil en comparación con la versión de Disneyland?Seguro que sí. El recorrido de la montaña rusa de California es una copia a escala de la de Florida, ya que debía caber en el espacio más reducido de este parque. Pero hay algo más acerca de la versión de Disneyland que no coincide con las demás.
Allí, las icónicas montañas no están modeladas a partir de las torres geométricas, ásperas e intimidantes de Monument Valley. En su lugar, el famoso Imagineer Tony Baxter optó por inspirarse en los suaves y redondeados "hoodoos" del Bryce Canyon de Utah (EEUU), un Parque Nacional famoso por sus formaciones desérticas erosionadas en medio de un denso bosque. Las hipnóticas torres no son gigantes, ni poderosas ni potentes. Al igual que el castillo de Disneyland, su diseño no pretende ser grande ni dominante. Más bien, intenta ser encantador y cálido. Los hoodoos son, de modo alguno, increíbles. Son más fantásticos que poderosos y, por supuesto, no es una coincidencia que la versión de Disneyland sea diferente de las otras. De hecho, son justo lo que Baxter quería que fuesen.
Las torres más suaves de la Thunder Mountain de Disneyland cuentan una historia sutilmente diferente… Estas formaciones fantásticas verdaderamente son más apropiadas para este parque pintoresco (y las atracciones de la cercana Fantasyland), pero también señalan la existencia de Discovery Bay.
Destino manifiesto.
Imaginad esto: al entrar en Frontierland, sois transportados al Lejano Oeste de los años 1860, cuando los exploradores descubrieron oro en las minas de Thunder Mountain. Y por lo que se sabe, los mineros se asentaron en el pueblo y gastaron sus ganancias en el Saloon. ¿Verdad?
Pero, ¿qué pasaría si esto no fuera cierto? ¿Qué pasaría si, en lugar de esto, aquellos exploradores – ahora llenos de oro – hubieran seguido su viaje hacia el Oeste para seguir su destino manifiesto hasta encontrarse frente las Doradas Costas de California? Imaginad, entonces, ¿y si los exploradores se instalaran en San Francisco, justo al comienzo de su auge económico – justo cuando la ciudad era conocida como la "París del Oeste"?
Imaginad que crearan en San Francisco una ciudad costera para exploradores, aventureros, pensadores, artistas y científicos venidos de todo el mundo – un puerto dorado lleno de torres cristalinas, tecnología, engranajes, globos de aire caliente, acero, dispositivos y maravillas. ¡Bienvenidos a Discovery Bay!
Divisiones embrujadas.
Después de la muerte de Walt en 1966, algunos – incluso dentro de la compañía – se cuestionaron la continuidad de Walt Disney Company. Después de todo, una generación de americanos había crecido con Walt Disney, viendo su cara en televisión, escuchándolo en las noticias y viendo su nombre justo antes que empezaran sus películas favoritas.
Para esas personas, "Disney" era un hombre y una compañía. Muchos se preguntaban si sería extraño ver una película llevando su nombre sin su dirección. ¿Qué sería Walt Disney Company sin Walt Disney?
Del mismo modo, los parques Disney pasaron por un periodo de tristeza sin la dirección de Walt. Por ejemplo, ¿qué sería de Haunted Mansion? Los exteriores de la reluciente blanca mansión estaban listos en 1963, pero en el momento de la muerte de Walt, el interior de la atracción estaba incompleto.
Y después de su muerte, las ideas sobre qué debía contener el interior de la Mansión se enfrentaban unas a otras.En un extremo se encontraba Claude Coats, famoso artista y diseñador cuyos créditos se extendían tras los primeros cortos animados de Walt, tras Blancanieves y los Siete Enanitos, detrás de la inauguración de Disneyland y otros proyectos. La idea de Coats para Haunted Mansion era que debería ser un viaje escalofriante, inquietante y surrealista a través de una atracción llena de efectos especiales insondables. Su diseño también exigía que la atracción no tuviera trama ni narrativa y que fuera bastante visceral. Su famoso diseño "Limbo" para la estación establecía el tono metafísico y ominoso de la atracción.
Al otro lado del camino se encontraba Marc Davis, artista igualmente renombrado y célebre, cuyos créditos incluían varios personajes animados famosos y las figuras animatrónicas de Jungle Cruise, Tiki Room y Carousel of Progress. La idea de Davis – como se evidenció en su trabajo posterior en Pirates of the Caribbean – era centrar la atracción en la presencia de animatronics y gags que contaran una historia concreta. Hatbox Ghost, Hitchhiking Ghosts y los personajes del cementerio son resultado de la visión más ligera de Davis de lo que Haunted Mansion debía ser.
En última instancia, Haunted Mansion, que finalmente abrió en 1969, fue una combinación inteligente del estilo de los dos diseñadores – un primer acto inquietante, melancólico y ominoso de Coats y un segundo acto emocionante, lleno de personajes y gags de Davis que, en muchos aspectos, se asemeja a la atmósfera de Pirates. Los estilos de estos dos hombres pronto jugarían un papel importante en Discovery Bay.
Una nueva década.
En 1970 – un año después de la apertura de Haunted Mansion – un nuevo Imagineer se unió al equipo. Recién salido de la universidad, ese joven era Tony Baxter. Había trabajado en Disneyland a media jornada durante sus estudios de instituto y universidad, ascendiendo desde vendedor de helados a operador de atracciones en Submarine Voyage. Como proyecto final del curso de diseño de la universidad, Baxter diseñó una atracción basada en Mary Poppins para Disneyland. Algunos contactos informales hicieron llegar esos planes a Imagineers veteranos como Coats y Davis, y después de una gira y un cambio de escuela, Baxter entró.
Su primer proyecto con los Imagineers encapsuló muy bien la posición de Disney en los años 1970. Fue enviado directamente a Orlando junto a Claude Coats para supervisar el diseño artístico para la versión de Submarine Voyage en Magic Kindgom. Pero esta versión del parque de Florida estaría inspirada en una famosa novela de Jules Verne (y en la famosa película de Disney de 1959). Podéis leer la historia completa de la atracción aquí. Mientras que la atracción era muy parecida a la original en Disneyland, la atracción se encontraba en Fantasyland de Magic Kingdom, en la que encajaba mejor el estilo de Julio Verne. (Baxter había pasado de trabajar a media jornada en Disneyland a ser diseñador artístico en Magic Kingdom en tan solo un año.)
Cuanto Magic Kingdom abrió en 1971, Baxter volvió a California y el grupo de Imagineers se encendió con ideas. Los años 1970 serían una época de enorme crecimiento sin precedentes para Imagineering, y durante esta década aparecieron muchas de las que ahora son atracciones clásicas.
Baxter sobresale.
Con Imagineering preparándose para una década de inmensos cambios y atracciones extraordinarias, Baxter jugaría un papel muy importante. Él, simplemente, fue el primero de una nueva generación de Imagineers. Recién salido de la universidad y lleno de nuevo optimismo, cayó bajo las alas de Claude Coats, quien se convertiría en su mentor más importante, junto a John Hench y Marc Davis.
Seguro que fue una relación beneficiosa para ambos. Por un lado, esta nueva generación de jóvenes e impetuosos Imagineers nunca trabajó junto a Walt Disney. De hecho, Tony tenía ocho años cuando Disneyland abrió, mientras que la mayoría de sus veteranos compañeros fueron los responsables de su apertura. Sin embargo, Tony tenía su propia ventaja – había crecido con Disneyland. Lo había visitado como cliente. Trabajó en el día a día del parque de un modo que ningún otro Imagineer había hecho. Su perspectiva única sería un activo.
Los planes que tenía para el parque lo cambiarían todo. De hecho, Disney se estaba enfrentando a problemas muy graves en Florida y California, y Baxter desarrollaría los planes para solucionarlos…
Thunder Mesa.
Magic Kingdom abrió en 1971 con un gran espacio libre sin utilizar en Frontierland, justo al extremo noroccidental del parque. Marc Davis (el Imagineer responsable de Pirates of the Caribbean y el segundo acto de Haunted Mansion) tenía planes para construir un complejo de atracciones allí. El gran Thunder Mesa hubiera albergado dos atracciones diferentes, que hubieran recorrido por dentro y por fuera los decorados desérticos.
La más impresionante de las dos atracciones, llamada Western River Expedition, era una Dark Ride llena de personajes que hubiera sido la respuesta de Magic Kingdom a Pirates of the Caribbean… esencialmente una versión de Pirates tematizada en el Antiguo Oeste llena de cowboys heroicos. Un flume medio exterior, medio interior a través de paisajes y escenas del Oeste, que Davis había diseñado intencionadamente, ya que los Imagineers creían que Pirates podría aburrir a los visitantes de Florida. Después de todo, Pirates era una realidad en el Golfo cercano y la sabiduría popular no la hacía exótica ni misteriosa.
Una vez que los visitantes entraron en el nuevo parque, a nadie se les escapó que Magic Kingdom había cogido los mejores elementos de Disneyland y los aumentó… excepto Pirates of the Caribbean. Supuestamente, los visitantes preguntaban rutinariamente dónde estaba Pirates y cuándo abriría.
En consecuencia, Disney empezó a trabajar en la respuesta, construyendo apresuradamente una versión más corta de Pirates of the Caribbean en Magic Kingdom. Las obras fueron cortas y la atracción abrió en 1972. Pero con Pirates, Magic Kingdom no necesitaría Western River Expedition, así que el complejo de atracciones Thunder Mesa fue descartado. Pero la idea de Western River Expedition siguió viva e inspiraría una nueva atracción para Frontierland justo cuando más lo necesitaba…
Reacciones.
Disneyland siempre ha sido un ejemplo del trabajo de los principios del diseño – una realidad que permite escaparse, detallada justamente para que parezca habitable, pero con una fantasía imposible detrás de cada puesta falsa. Es un lugar en el que atraer a las masas permitiéndoles descender a los lugares con los que siempre han soñado.
Pero ese sueño no ha sido siempre el mismo.
Pensar en Adventureland, está ligado a visiones de selvas profundas, ríos brumosos y animales exóticos. Pero… ¿por qué? ¿Porqué de todas las aventuras que hay allí fuera se eligió a una para encarnarlas a todas? Muy simple, los ambientes temáticos de Disneyland son reacciones. Son respuestas a la cultura popular en el momento en el que fueron construidas. Adventureland de Disneyland es una selva porqué, a principio de los 1950, el interés público estaba en las selvas exóticas de África, los safaris y la vida silvestre.
Entonces, al cambio de década, las cosas cambiaron. Con la entrada de Hawái a los Estados Unidos en 1959, el entusiasmo por la cultura Tiki invadió el país y, de repente, el misticismo y el romance polinesios se convirtieron en la aventura ideal. Bares Tiki abrieron por todo el país, Gilligan's Island golpeo las ondas radiofónicas y la primera expansión de Adventureland siguió el juego a medida que cambiaba la definición de "aventura".
Pensándolo bien, esto volvió a pasar en los años 1990. Con las selvas exóticas del mundo subdesarrollado ahora accesibles instantáneamente a través de Internet, Adventureland volvió a cambiar. Ahora teñida de fantasía, toda el área tiene una nueva narrativa – una expedición de los años 1930 a un delta indio perdido supervisada por Indiana Jones – el nuevo ideal americano de la aventura.
Lo mismo pasó con Tomorrowland en 1967 y Fantasyland en 1983, ya que cada área respondió a las cambiantes percepciones de sus respectivas épocas.
Pero un área del parque todavía necesita una actualización.
El problema de Frontierland.
La última contribución de Walt a Disneyland fue New Orleans Square con sus dos grandes atracciones: Pirates of the Caribbean (1967) y Haunted Mansion (1969). Originalmente pensada como una expansión de Frontierland, New Orleans Square eventualmente se anexó como una entera nueva área, lo cual estaría muy bien si no fuera porqué la vieja Frontierland parecía que no tenía vida en comparación con su vecina.
Por un lado, la única atracción de esta área era un original de Walt: Mine Train Thru Nature's Wonderland. Mientras que fue algo excepcional para la época en la que se construyó, su momento se estaba acabando con el número de visitantes cayendo y su interés desvaneciéndose.
Pero, en segundo lugar, Frontierland había perdido interés para el público. Durante la planificación original del parque, el concepto de la frontera estadounidense estaba a la vanguardia de la cultura popular. Davy Crockett y el Llanero Solitario reavivaron las televisiones, "Indios y Vaqueros" era el juego de patio preferido por los jóvenes y parecía que el Oeste sería el ideal romántico que acompañaría eternamente las selvas de Adventureland y las aldeas de cuento de Fantasyland. Pero hacia 1970, no lo era. El interés por el Lejano Oeste se había agotado (y, sin duda, no ha vuelto desde entonces, a pesar de algunos esfuerzos serios).
Una cosa es incorporar las ideas actuales que tiene la sociedad acerca de la aventura en Adventureland, pero ¿qué se puede hacer en Frontierland cuando el concepto de la frontera estadounidense no tiene ningún interés?
Con sólo 25 años (pero con Claude Coats, Marc Davis y los mejores veteranos Imagineers para guiarlo), Tony Baxter se enfrentó a la aparentemente improbable tarea de hacer Frontierland nuevamente relevante para una sociedad a la que no importaban los cowboys ni los indios.
En la próxima entrega, entraremos en la brillante y querida Discovery Bay de Tony Baxter, su idea para la necesitada expansión de Frontierland. Seguro que pensaréis que cada una de las atracciones que diseñó se habría convertido en un clásico.
Continuará…
Segunda parte de esta historia
Tercera parte de esta historia