Sobran los preámbulos y las explicaciones de la situación sanitaria y económica en la que nos encontramos ahora y que han configurado la llamada "nueva normalidad". Bajo este contexto, los parques de ocio de todo el país ya están autorizados a abrir, aunque la experiencia es drásticamente diferente a lo que estábamos acostumbrados en la vida pre-coronavirus (como lo es ahora cualquier otro aspecto de nuestro día a día).
Esta semana visité Parque Warner dos veces, una primera vez el lunes 22 (día de la reapertura) y una segunda vez ayer, sábado 27. No sabía qué esperar, yo había visto las medidas adoptadas por parques en otros países, conocía las directrices del Ministerio de Sanidad para la fase 3 de la desescalada y las buenas prácticas recomendadas por el ICTE (elaboradas junto a la AEPA) y las IAAPA. Pero la teoría es una cosa y lo que realmente importaba era la práctica. ¿Es seguro visitar Parque Warner en la "nueva normalidad"?
Para poneros en contexto, debo decir que ambos días de la visita la afluencia era ridícula para lo que es habitual en estas fechas. ¿Es por falta de promoción del parque sobre su reapertura o miedo del público a visitar un recinto que se asocia con multitudes de gente? Quizá una mezcla de ambos, aunque el tiempo, el boca-oreja y una buena estrategia de comunicación por parte del parque puede invertir ambos factores en pocas semanas. En cualquier caso, estos primeros días con poca afluencia son ideales para encontrar los problemas de las medidas adoptadas sin que tengan un impacto grave y, sobre todo, ponerles solución.
Os contaré la experiencia del parque en base a las tres medidas anti COVID-19 que las autoridades sanitarias se han encargado de taladrarnos en la cabeza en los últimos meses: mascarillas, distancia de seguridad y desinfección.
Mascarillas
La mascarilla es obligatoria en todo momento. Esa es la norma, y es de obligado cumplimiento*, el que no traiga mascarilla de casa podrá comprarla en el propio parque. Esto marca una diferencia importante entre pasear por las calles del parque y pasear por las calles de una ciudad, donde en el último caso la ley autoriza a uno a no llevar mascarilla en tanto que se puedan mantener los 2 metros de distancia. Y sí, también en las atracciones. No, la mascarilla no sale volando, queda comprobadísimo después de "pruebas" en Batman, Superman e incluso Correcaminos Bip Bip.
Si no me equivoco, el único momento en que uno está autorizado a quitarse la mascarilla es al consumir comida o bebida, por razones obvias. Es más, ha llegado al parque la drástica prohibición de fumar en todas las instalaciones, una medida que aplaudo y que deseo que se mantenga cuando la pandemia se de por superada. Los fumadores no deben desesperarse, el parque ha habilitado varias zonas específicas y apartadas de los viales principales para fumar. También me ha parecido ver un mayor número de vigilantes de seguridad en el parque velando por el cumplimiento de estas normas.
Por supuesto, el personal del parque también está equipado, no solo con mascarillas, sino con pantallas de protección en aquellos casos donde tienen un contacto próximo con los visitantes.
*Los grupos de personas que, por recomendación médica, no puedan llevar mascarilla, están exentos de llevarla.
Distancia de seguridad
Aquí es donde uno puede preguntarse, ¿es posible mantener la distancia de seguridad en un lugar que puede llegar a reunir decenas de miles de personas al mismo tiempo? Veamos cómo se ha adaptado el parque a esta medida, que es, sin duda, compleja.
Para empezar, y por si había alguna duda: NO es obligatorio mantener la distancia de seguridad entre miembros de tu propio grupo. Es de sentido común, lo contrario destrozaría completamente la experiencia del parque temático. No se entendería que puedas organizar reuniones en tu casa con tus amigos pero luego no puedas ir a un parque de atracciones con ese mismo grupo de personas.
A partir de ahí, ¿cómo se mantiene la distancia de seguridad en una atracción? Simple: te sientas solamente con los miembros de tu grupo y no se os junta con otros grupos. Si, por ejemplo, vas en pareja y la fila de una montaña rusa como Batman tiene 4 asientos, ocuparéis 2 asientos y los otros dos se dejarán libres. En los Rápidos ACME, donde era habitual juntar grupos para llenar la balsa, ahora se asigna un único grupo por balsa. En Correcaminos Bip Bip se deja una fila vacía de separación entre un grupo y otro. Sí, se acabó el sentarte junto a un extraño en las atracciones del parque. La Escuela de Conducción Yabba-Dabba-Doo y los Juegos de Agua de ACME son las únicas atracciones cerradas por motivos de salud (aunque si lo que se pretendía era evitar la aglomeración de niños en este último caso, parece que las familias han encontrado un sustituto para refrescarse en la fuente de los Looney Tunes de Cartoon Village, con lo que el cierre es en vano). Por cierto, en aquellas atracciones donde es posible, los arneses se abren de forma escalonada para que los pasajeros salgan de la atracción poco a poco y no se junten.
Lo que no me ha convencido en cuanto a la distancia de seguridad es la forma de gestionar las colas. Lo que se ha hecho ha sido marcar en el suelo unos iconos separados a una distancia de 2 metros entre sí. Pero no he terminado de ver la efectividad de este sistema. El director de operaciones de Shanghai Disneyland explicó que decidieron marcar en el suelo dónde la gente NO debía pisar para marcar la distancia de seguridad, porque comprobaron en algunos estudios que eso era lo más efectivo. ¿Ha comprobado Parque Warner si marcar iconos en el suelo separados a 2 metros de distancia es más efectivo que lo que propone su contraparte chino? Porque, según he podido comprobar, este sistema puede causar confusión y con frecuencia no se respetaba (voluntaria o involuntariamente), especialmente en el caso de grupos grandes.
Otro aspecto que no me ha terminado de gustar respecto a las colas: las nuevas colas "improvisadas" en el exterior de las atracciones. Véase Superman o Batman. Primero, porque no son colas bien definidas, no hay ni una sola valla, tan solo hay iconos en el suelo de complicada dispersión, es confuso entender cuál es la ordenación de la cola salvo que te lo indique el personal, ¿tanto cuesta delimitarlo con vallas? Segundo, ¿qué necesidad hay de prolongar las colas fuera de la entrada a la atracción en atracciones que ya disponen de patios al aire libre diseñados (originalmente) precisamente para contener laberintos de colas? El caso de Superman: la atracción tiene un patio amplio que perfectamente podría contener esta nueva cola exterior y el parque decide sacar la cola a la calle. Lo mismo sucede con Batman. Quiero pensar que hay una buena razón de seguridad para esto, porque es poco agradable que las colas invadan las calles del parque.
También en restaurantes y tiendas se han adoptado medidas de distanciamiento social, con más iconos en el suelo, distanciamiento entre mesas y mobiliario de las tiendas. Además, ahí donde es posible, la entrada y la salida se hacen por puertas distintas para evitar el cruce de flujos de gente en sentidos opuestos. Algo similar se ha intentado hacer en las calles del parque. Y digo que se ha quedado en un intento porque lo que han hecho ha sido poner flechas de pintura...sobre el asfalto de las calles del parque, con lo que parecen señales de tráfico y se pueden confundir como elementos temáticos. Se debería revisar las señales de flujo de visitantes para que sean consistentes con el resto de señales de seguridad sanitaria del parque y que se entienda que no forma parte de la tematización del parque.
En cuanto a los espectáculos, lamentablemente (y comprensiblemente) muchos espectáculos están ahora suspendidos porque no se puede garantizar la distancia de seguridad, como los espectáculos de calle (incluyendo Gotham City Stunt Show), el pasaje Expedientes Warren, Aquaman Nighttime Spectacular y el desfile de personajes. Tan solo hay 3 espectáculos, los tres de los teatros: Loca Academia de Policía, El Mago de Oz y Looney Tunes Dance Festival. Eso sí, la distancia de seguridad se cumple religiosamente, los acomodadores del parque se encargan de acompañar a cada grupo de forma individualizada a sus asientos y la distancia de seguridad se cumple perfectamente. Por ejemplo, en El Mago de Oz, se deja una fila vacía por cada fila ocupada, y entre grupos en una misma fila se dejan 3 asientos vacíos. Y un detalle que me gustó mucho: también al final del espectáculo es el equipo de acomodo el que organiza la salida ordenada para garantizar la distancia de seguridad.
También los encuentros con personajes se ha visto afectados, aunque sigue siendo posible hacerse fotos con La Liga de la Justicia y los Looney Tunes en la plaza de Gotham City y el Teatro Cartoon, respectivamente, con medidas de distanciamiento. Y aunque ya no tenemos el desfile de los personajes, a distintas horas del día podemos encontrar a los Looney Tunes recorriendo las calles del parque en sus bólidos.
Por último, cabe destacar que cada una de las instalaciones tiene ahora un cartel indicando cual es el aforo (reducido, para garantizar la distancia de seguridad), incluso en los baños, si bien no hay nadie que controle el cumplimiento de dicho aforo en algunas instalaciones
Desinfección
El ultimo punto a tener en cuenta: la desinfección de manos y superficies de contacto. Hay dispensadores de gel hidroalcohólico ahí donde hace falta: en la entrada del parque, en las atracciones (entrada y salida), en las tiendas, en los restaurantes y en los espectáculos. Y, sí, es obligatorio aplicárselo antes de acceder a cualquiera de estas instalaciones. En la entrada de muchas atracciones hay ahora un trabajador que se encarga de controlar la cola y revisar que todo el mundo se aplica el gel.
En las atracciones los operarios limpian las barras de seguridad y otras zonas de contacto al final de cada ciclo (cuando la ley ni siquiera lo requiere, según tengo entendido). Esto ralentiza las operativas de las atracciones, sí, pero creo que la gran mayoría de los visitantes abrazamos esta medida, aunque aumente significativamente los tiempos de espera. Ahora bien, lo que no me gustó es que el personal adicional que esto requiere no se ha compensado. Es decir, si en Superman, por ejemplo, suele haber un operador y dos auxiliares, uno de esos auxiliares se desplaza a la entrada de la atracción pero su puesto no lo cubre nadie, es decir, se quedan el operario y el otro auxiliar únicamente, aunque la carga de trabajo en la estación es ahora mucho mayor. Quiero dar un voto de confianza y pensar que esto solo será así las primeras semanas, porque la afluencia está siendo muy baja, pero en el momento en que el parque quintuplique su afluencia, estos recursos se quedarán escasos y temo que los visitantes no se muestren tan comprensivos.
Además, una vez al día cada atracción cierra durante un rato para realizar una desinfección en profundidad llevada a cabo por unos profesionales con productos químicos especiales. En las tiendas, donde quizá los contactos con superficies son más numerosos, uno tiene que ponerse también guantes al entrar, y se recomienda el pago con tarjeta de crédito. Además, los probadores solo se pueden usar bajo petición y se desinfectan tras cada uso.
Uno de los aspectos que más me ha mosqueado ha sido el cierre de las fuentes de agua potable. Sé que no es una decisión del parque, las autoridades exigen el cierre de "las fuentes de agua que dispongan de accionamiento manual". Entiendo que eso se hace precisamente con el fin de evitar que los visitantes manipulen el accionador de la fuente, que es una zona de contagio. Pero si para compensar este cierre, los visitantes entran a los lavabos y usan los grifos para rellenar sus botellas de agua y no se lavan las manos, ¿no se convierten entonces los lavabos en ese foco de contagio que se pretendía evitar con el cierre de las fuentes? Para evitar esto, el parque debería cambiar a fuentes de accionamiento por pedal y lavabos automáticos (con sensor). Ignoro el coste que esto tendría, seguramente muy alto, pero una cosa es clara, y es las medidas actuales en este respecto son ineficaces.
Conclusión, ¿es seguro ir a Parque Warner?
Puedo resumir mi experiencia diciendo que me he sentido más seguro en Parque Warner de lo que me he sentido paseando por calles de Madrid o, incluso, de los centros comerciales que he visitado desde que hemos estrenado la "nueva normalidad". No puedo sino agradecer todo el esfuerzo de todos los trabajadores del parque; detrás de cada mascarilla había una sonrisa delatada por el estrechamiento de los ojos, y me consta que todo el equipo del parque ha hecho un esfuerzo sobrehumano estas últimas semanas para tener el recinto preparado para estrenarse en esta nueva etapa. Por supuesto que hay aspectos a mejorar, y deben tomar buena nota de ellos para dar a sus visitantes la experiencia que merecen dentro de las limitaciones de la situación actual. Después de todo, visitar estos parques no se trata de subir a tal montaña rusa o ver este otro espectáculo, sino de pasar momentos inolvidables con nuestros seres queridos con plenas garantías de seguridad. Y eso, en el mundo en que nos ha tocado vivir ahora, es algo que cuesta encontrar. En Parque Warner lo he encontrado. Felicidades.