Bien es sabido por las masas que una montaña rusa es una máquina de la diversión. Pero no es sólo el placer de montar y descubrir nuevas sensaciones, sino el notar que tus sentidos se unen en una espiral de adrenalina. Ya sea verla, escucharla o notarla en tu cuerpo, sientes que esa experiencia se convierte en un momento inolvidable. Una montaña rusa es más que un amasijo de acero. Una montaña rusa es sinónimo de nuevas sensaciones combinadas con la belleza de una estructura hecha solamente para crear diversión.
Es por eso que he querido dedicarle uno de mis blogs a su belleza. Una belleza que me fascina, con la que podría pasar las horas observando cada uno de sus soportes y raíles. Viendo pasar un tren por cada elemento del recorrido, dejando tras de sí una estela de gritos y adrenalina. Es curioso el concepto de una tecnología capaz de todo esto. Crear una máquina para que la gente disfrute desde dentro y desde fuera. Nada me gustaría más que poder observar una montaña rusa unos minutos al día.
Cuando tuve la idea de escribir esto, supe que necesitaba unas fotografías que captasen lo que yo veo. Hay coasters preciosas en todos los aspectos y otras con pequeñas pero abrumadoras porciones de belleza. Durante varios días he hecho una larga búsqueda en la red para encontrar dieciséis imágenes que valgan. Me he visto obligado a renunciar a muchas montañas rusas y he tenido que buscar esta belleza en las más recónditas de ellas. Creo que el resultado final es bueno, y que en ellas se aprecia todo lo que he estado buscando. Pero dejadme que os explique mejor el por qué de este blog.
Desde siempre, me han gustado las estructuras que llaman la atención. Los proyectos que un día aparecieron en la mente de sus creadores. Los cometidos de los ingenieros para llevarlo a la realidad. Como algo que sólo era un sueño se convirtió en algo que todo el mundo admirase. La belleza en todo el proceso para erigir algo tan hermoso como es una montaña rusa.
Si bien podéis pensar que estoy exagerando, que en realidad se diseñan para ser funcionales y otorgar placer a los pasajeros, tenéis razón. Pero para mí, existe arte en una coaster. Me encanta que al concebir una atracción se dedique tiempo a la estética y al paisajismo. Prestar atención al más pequeño detalle. Eso es arte. Un arte tan bello que merecía ser recordado en forma gráfica y de blog.
Si echáis un vistazo a las imágenes, encontraréis coasters famosas, elementos mundialmente conocidos y rincones perfectos. También encontraréis fotografías en que pretendo destacar la manera de doblar el acero y de configurar el recorrido. Y entre ellas, habrá una que os picará la curiosidad: la ya demolida Star Jet en Casino Pier, más conocida como la coaster que quedó en el Atlántico por el paso del huracán Sandy. He querido mencionarla porque me pareció impresionante que una atracción quede dañada de tal manera en medio del océano y que aún conserve la belleza en su estructura. Pero nada es para siempre, y esa belleza ya no está.
Como apuntes finales, diré todo lo siguiente. Para mí, una coaster es mucho más que una máquina. Cada montaña rusa tiene un carácter, una forma diferente de hacerte disfrutar. Sus vías, sus soportes, sus trenes; todo lo que las compone es importante. Sus elementos que desafían al cielo con su altura y composición. Sus sensaciones que no dejan a nadie indiferente. Estructuras formidables con días y días de trabajo a sus espaldas. Máquinas de la diversión que duran siglos enteros, por las que pasan millones de personas de todo el planeta. En una montaña rusa, siempre se es feliz. Es una redundancia, pero cuando un visitante está en un parque, es porque es un día especial. ¿Y qué mejor para conmemorar ese día especial, diferente a los demás y tan largamente esperado, que dejándote llevar por las garras de estas estructuras tan bellas y sentir las sensaciones que te provocan las máquinas de la diversión?
La belleza de las coasters nunca se acaba. Hay tanto por descubrir...
#funiseverywhere