Os traigo unos artículos de El País que aportan información que para mi era completamente desconocida. Recuerda las grandes dificultades por las que pasó el proyecto del parque catalán y qué se comentaba en aquel entonces.

 

"LUNES, 25 de enero de 1993

UN CONLIFCTO DE ALCANCE POLÍTICO

Nada más conocer los movimientos de Alavedra en busca de socios para el parque de atracciones, Javier de la Rosa, muy inquieto, pidió hora de visita a Pujol. El financiero quería conocer de primera mano si la búsqueda contaba con su aprobación. Al día siguiente, encabezando una improvisada delegación de la Fundación Quail, que controla, acudió a la audiencia concedida por el presidente. Tal como él temía, abandonó los salones del Palau con la convicción de que el nacionalismo gobernante ya no consideraba necesaria su presencia en Tibigardens y se había olvidado que su participación en el proyecto fue requerida por la Generalitat en un momento de apuro. Las amplias sonrisas con que Pujol y De la Rosa intercambiaban hace menos de un año, al poner la primera piedra de las obras, ya no estaban presentes. El financiero, no obstante, afirmaba su voluntad de resistirse contra la pérdida de susocio político y dejaba claro que defendería su participación mientras pudiera.

El caso es que, por tercera vez en poco más de tres años, Jordi Pujol ha tenido que intervenir para impedir que la crisis lleve al conflictivo parque al precipicio. Los cambios de nombre del proyecto -Busch, cuando la multinacional Anheuser Busch comenzó la compra de terrenos, allá por el año 1989; Tibigardens desde que Javier de la Rosa adquirió en 1991 el 80% de Grand Península, la empresa promotora permanecen como referencia para todo el que quiera saber en qué manos ha estado el futuro de este proyecto cuyas cifras de inversión previstas alcanzan los 48.000 millones de pesetas en la primera fase.

Tibigardens, que espera abrir sus puertas en la primavera de 1995, es una de las grandes esperanzas para el futuro del sector turístico de Cataluña y también para el de buena parte de la costa mediterránea española. Las previsiones iniciales contemplaban que 40.000 personas diarias pagarían 3.200 pesetas. Pujol sabe que su imagen ante los electores sufriría un importante desgaste si el proyecto fracasa.

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LUNES, 25 de enero de 1993

PERDIDOS EN EL PARQUE

La crisis de Javier de la Rosa obliga a Pujol a buscar una solución para el complejo Busch

La reacción pública de Pujol al conocer la presentación de la querella no dejó traslucir ninguna inquietud: "No he hablado con el señor De la Rosa y por lo que sé el proyecto está bien encaminado". Estas florentinas declaraciones dejaron a Pujol un margen de tiempo mínimo para que encomendara a Maciá Alavedra, consejero de Economía de la Generalitat y responsable político del proyecto, la búsqueda de una solución de recambio. El parque, uno de los proyectos emblemáticos del gobierno nacionalista de Jordi Pujol, debía construirse sin que importara quien fuera finalmente el propietario. Lejos quedaban los días en que Pujol se refería a De la Rosa como "empresario modélico y salvador de empresas".Macià Alavedra ya había paralizado la ejecución del aval de 10.000 millones de pesetas que el Parlamento catalán había concedido a Grand Península. Este aval pretendía incentivar el interés de los inversores por participar en un macroparque turístico, que ocuparía 243 hectáreas y albergaría una gran zona de atracciones y un gigantesco complejo residencial, con hotel y campo de golf incluido.

La paralización en la concesión de nuevos tramos del aval se producía a la vista de que De la Rosa no desembolsaba los 6.000 millones que tiene pendiente aportar en el capital de Grand Península, empresa encargada de construir el parque y de la que De la Rosa posee el 80%. Esto se sumaba a la negativa de la Administración central a conceder al proyecto créditos turísticos blandos por 15.000 millones por falta de confianza en el financiero. Alavedra, sin embargo, ya había avalado un primer crédito de 1.500 millones, sin que De la Rosa hubiera aportado ninguna garantía. Gran parte de este préstamo se ha destinado a la compra de terrenos. Ahora Grand Península se encuentra sin financiación clara.

Las largas de Alavedra

Alavedra emplea el mes de diciembre en dar largas a las demandas de más avales procedentes de De la Rosa y en entrar en contacto con una larga lista de empresas catalanas, como Aguas de Barcelona, Gas Natural o las cajas de ahorros, especialmente La Caixa. La propuesta es siempre la misma: Cataluña necesita el parque y es una inversión rentable, tan sólo se necesita un socio financiero estable y con recursos. Sin embargo, en casi todos los casos la respuesta es fría y nunca positiva. La. rentabilidad está en cuestión y, aunque no se trate del mismo proyecto, los posibles inversores no pueden dejar de mirar hacia el Eurodisney de París, cuyos resultados están muy lejos de lo esperado.Gracias a sus antiguas relaciones con FECSA, Alavedra entra en contacto con su presidente Luis Magaña y le ofrece entrar como socio en Grand Península. Cuando los medios de comunicación informan del interés de FECSA, que apenas conoce el proyecto, De la Rosa, que no ve necesarios nuevos socios, lanza un órdago: "Mi paquete vale 9.500 millones". Pocos días después rebajará sus pretensiones hasta 7.000 millones de pesetas.

Cuando la existencia de las negociaciones es pública la Generalitat y la eléctrica se esfuerzan por darle un contenido. Magaña comunica al Ministerio de Industria y a Fuster, la propuesta de la Generalitat: ENDESA y la también eléctrica Iberdrola controlarían el 90% de la inversión, con un 45% cada una, mientras que FECSA y la eléctrica alemana RWE (socia de ENDESA) se repartirían el 10% restante.

El sector público, sin embargo, es absolutamente reacio a la operación. Los consumidores españoles están pagando precios elevados por la electricidad, con lo que se Financian las costosas inversiones y las elevadas deudas de las empresas.

Dificultades

Según las mismas fuentes, la nueva ley eléctrica que prepara el Ministerio de Industria pretende limitar la diversificación de las empresas del sector y choca frontalmente con el hecho de que los beneficios obtenidos gracias a una rígida política de precios se orienten hacía otras áreas y no a reducir las deudas de las empresas. Fuentes próximas a Iberdrola, la parte privada del hipotético pool, han expresado también muy poco entusiasmo.La gran esperanza del turismo catalán se encuentra sometido a una nueva coyuntura critica. La multinacional Anheuser Busch no acaba de comprender por qué extraño maleficio una inversión que en 1988 parecía segura y sin complicaciones ha podido caer en una dinámica tan infernal. Primero, las protestas de los propietarios de los terrenos ante lo que interpretaban como maniobra inmobiliaria de carácter especulativo. Después la segregación de Vilaseca del municipio de Salou, que dio paso a una guerra municipal enconada que no permitió la creación de un organismo público único. Finalmente, el socio mayoritario del proyecto se ve arrastrado por las cuitas con sus antiguos socios, gracias a los cuales obtuvo el dinero necesario para aspirar a ser el padre del gran parque de atracciones de Cataluña.

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Todos sabemos más o menos que la historia acaba bien y con la gran dedicación del gobierno de Pujol para sacar adelante un proyecto de tales magnitudes nace PortAventura, nuestro queridísimo parque =P

 

Fuente imagen: El Blog de Dream.