Se ha acabado la primera edición de Horrorland, el que ha sido el primer Scream Park del sur de Europa, con muy buenas expectativas, una edición de navidad y el anuncio de más ediciones en los próximos años. Dejando de lado las diferentes opiniones de cada visitante, quería analizar el por qué del éxito.
Crear un parque temático, de por sí, no es fácil, y uno que se centre en un solo tema, mucho menos. Infraestructura, costes, creación de los espacios, gestión de entradas y de todo el producto, tanto antes y durante los días del evento... Es un proyecto al cual le debes dedicar horas y pasión, y a los directores de Horror Box e Insomnia Corporation, no les falta.
Dejemos de lado las críticas positivas o negativas, si nos ha gustado o no. Seamos objetivos. Aquí os dejo algunos de los factores de éxito de Horrorland:
- Primer scream park del sur de Europa
Así lo anunciaban. Un producto nuevo, que mucha gente desconoce en España. Tocaba explicar a todos lo que era, como es en otros países, y lo más difícil de todo: adaptarlo al público español. Es muy fácil decir "debe dar miedo". Sí, por supuesto. Pero no todo el mundo reacciona igual, y a un público estadounidense le puede gustar una temática que aquí no ha tenido éxito.
El público objetivo está claro: jóvenes que quieren pasar miedo. Aunque tampoco puedes traer el terror extremo que existe en algunos países. Hay que dosificar, y tentar el terreno, como han hecho con la Extreme House. Es algo que no se había hecho antes, así que vas a ciegas. Si funciona, adelante. Que piden más, le añadimos más.
- Menos es más
A primera vista el recinto puede parecer pequeño. La oferta de Horrorland se concentra en una nave principal, y dos calles en las que se disponen los diferentes pasajes. Dejemos de lado que el espacio en el que se ha instalado es un polígono industrial, y que las naves donde se encuentran los pasajes están una al lado de la otra. ¿Para qué poner los pasajes más separados, si se puede crear una zona donde se concentre todo el ambiente? Es mejor poco, y bien ambientado, que un recinto gigante con espacios en los que no hay nada. Y si llega la posibilidad de agrandarlo en un futuro, que así sea. Para empezar, no está nada mal.
- Pasajes del terror convertidos en experiencias
Son extras, mucho más que un plus añadido, que hace que un pasaje del terror sea aún más terrorífico, y que la inmersión sea del 200%, con una decoración impresionante y actores excelentes.
Pocos parques existen en España que hayan incorporado ni tan solo una de estas opciones en sus pasajes. O que se hayan mojado en intentarlo.
- Gestión de flujos
Es, probablemente, más difícil que crear el parque temático en si. ¿Como se moverá la gente? ¿Como anticipo esos movimientos? ¿Qué puedo hacer para que la gente haga lo que quiero que hagan en el momento adecuado? En esto, muchos parques temáticos son líderes porqué llevan años de ventaja, y estructuras adaptadas. Aunque Horrorland nada tiene que envidiarlos: desde la capacidad del parque, hasta la gestión de las entradas en los pasajes son excelentes. Con la entrada normal, puedes entrar una vez por pasaje, lo que implica que a una cierta hora, muchos de los visitantes ya hayan agotado sus entradas, y las colas en los pasajes sean mínimas. Además, la incorporación de pases "express", para no hacer cola y repetir tantas veces como quieras los pasajes, no influye en los tiempos de las colas normales. A lo largo de la noche hay varios espectáculos localizados en diferentes lugares, que permite concentrar a los visitantes en diferentes puntos, y dejar otros más libres. Y un espectáculo final para despedir el parque, concentrar a todo el mundo, y que sea más fácil el cierre. No nos engañemos: un parque temático funciona gracias a su gestión de flujos, y en esto Horrorland tiene un aprobado de calle.
- Humildad y mejora continua
Era de esperar: no se podía abrir el primer día, y que todo funcionara a la perfección, sobretodo teniendo en cuenta el tipo de parque, la novedad, y que es la primera vez que se realiza en España. Desde la apertura el primer día, hasta el último día de evento, ha habido mejoras continuas. Han aprendido de los errores, y eso no lo esconden. Pero han mejorado y se han superado.
Además, es un placer ver a los directores por el parque, trabajando, pero al mismo tiempo pasándoselo bien, repitiendo los textos de los espectáculos en voz baja, y viéndoles sonreír. Su trabajo les gusta, y lo transmiten cuando hablas con ellos.