La Comissió d'Urbanisme de Catalunya da luz verde al plan urbanístico que permitirá la construcción del enorme complejo de ocio y juego situado en Vila-seca y Salou, en unos terrenos que ahora mismo son de La Caixa.

Si no hay ninguna sorpresa, este jueves la Comissió de Política Territorial i Urbanisme de Catalunya dará el visto bueno al Pla Director Urbanístic (PDU) que posibilitará la construcción del Centre Recreatiu i Turístic (CRT) de Vila-seca y Salou, inicialmente conocido como Barcelona World. El martes, la Comissió d'Urbanisme de Tarragona ya validó el PDU y el Conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, afirmó el mismo día en declaraciones a RAC1 que las obras del complejo empezarán «entre julio y agosto» del año que viene. Después, todavía tendrán que pasar como mínimo 18 meses para acabar los trabajos. La apertura de puertas, por lo tanto, queda lejos.

A pesar del apoyo entusiasta de los alcaldes de la zona y del sector hotelero, en el territorio se mantiene cierta oposición al proyecto, organizada alrededor de la Plataforma Aturem BCN World. El colectivo ha anunciado que iniciará acciones jurídicas contra el CRT. En cualquier caso, el proyecto que recibirá luz verde difiere notablemente del que se anunció a bombo y platillo hace más de cuatro años en una inusual rueda de prensa. Desde entonces, el complejo se ha rebajado notablemente, su principal impulsor ha desaparecido del mapa, hay partidos que han pasado de rechazarlo a aceptarlo y hay otros, básicamente la CUP, que mantienen la oposición.

Os resumimos en cinco puntos la historia de un proyecto polémico que, si se hace realidad, fundamentalmente beneficiará La Caixa, como propietaria de los terrenos donde se tiene que levantar.

Un proyecto faraónico que se presenta como alternativa a Eurovegas

El proyecto de Barcelona World entró en escena el 7 de septiembre de 2012, justo el día antes que se anunciara que el magnate estadounidense Sheldon Adelson descartaba el Delta del Llobregat como ubicación del Las Vegas europeo que proyectaba. La escogida era Madrid, aunque Eurovegas nunca llegó a hacerse. Pero esto ya es otra historia.

Ese día, el entonces President de la Generalitat, Artur Mas, se reunió con los máximos responsables de Veremonte, el especulador valenciano Enrique Bañuelos y el tarraconense Xavier Adserà; el factótum de La Caixa, Isidre Fainé; y los Consellers d'Economia, Andreu Mas-Colell; Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder; y Empresa i Ocupació, Francesc Xavier Mena. En una rueda de prensa posterior se anunciaron los detalles de un proyecto faraónico, que pasaba por levantar seis parques temáticos en unos terrenos propiedad de La Caixa al lado de Port Aventura.

Se habló de una inversión de 4.700 millones de euros, de una ocupación de 1,5 millones de metros cuadrados, de 12.000 habitaciones repartidas en seis hoteles y de la creación de 20.000 empleos directos. En cada parque temático habría un hotel, un centro de convenciones, un centro comercial, un teatro y un casino. El impulsor del proyecto, Veremonte, decía que pretendía abrir las puertas en 2012 y que el complejo recibiría 10 millones de visitantes cada año.

Como pasa casi siempre con este tipo de proyectos, la realidad se encargó de desmentir un anuncio que acaparó la atención mediática catalana durante unos días. A pesar del apoyo entusiasta de los principales cargos políticos tarraconenses, empezando por los alcaldes de Salou y Vila-seca - los municipios afectados -, pero también del alcalde de la capital provincial, Josep Fèlix Ballesteros, y del sector hotelero, el proyecto se ha redimensionado progresivamente a la baja y por el camino han desaparecido algunos de sus impulsores, como Veremonte.

El holding de Bañuelos desapareció de BCN World a principios de 2015, después que comprobara que con los cambios no podría hacer negocio con las licencias de casinos que quería adquirir ni obtener unas suculentas plusvalías con la venta de los terrenos de La Caixa que pretendía adquirir. Todo quedó en humo, una especialidad en la trayectoria empresarial del especulador valenciano. Eso sí, en ese momento la Generalitat ya había iniciado la tramitación del PDU, la recalificación urbanística imprescindible para levantar un proyecto como este. Y el Parlament había aprobado, con los votos de CiU y PSC, la normativa que permitiría hacer realidad el complejo.

Replanteamiento a la baja

La marcha de Veremonte no paró el proyecto, sino que simplemente supuso que la Generalitat pasó a liderarlo. El gobierno autonómico firmó, a través de Incasòl, un contrato con opción de compra sobre los terrenos de La Caixa, valorados en 110 millones de euros, que Veremonte no había adquirido. La compra, si finalmente se lleva a término, la tendrían que formalizar los operadores que, finalmente, inviertan en el CRT, pero tanto la CUP como la Plataforma Aturem BCN World han manifestado el temor de que la operación acabe comportando un gasto público en beneficio de la entidad financiera. El cualquier caso, los anticapitalistas han denunciado que debido a esta opción de compra la Generalitat se haya convertido en «la inmobiliaria» del principal banco catalán, ya que entienden que actúa para que éste pueda vender unos terrenos que sin el complejo proyectado no tendrían valor alguno.

En los cuatro años que han pasado desde su presentación, las cifras y dimensiones del complejo se han modificado completamente, en gran parte para contentar ERC, que durante la pasada legislatura no había manifestado precisamente entusiasmo por BCN World. Ahora los datos oficiales hablan de la creación de 10.000 empleos y una inversión de 2.500 millones de euros. Las 600 hectáreas proyectadas han quedado reducidas a un centenar, el límite de altura edificable se ha rebajado a 75 metres - inicialmente era de 90 -, el espacio reservado a los hoteles se ha rebajado un 30% - queda en 475.000 metros cuadrados - y la superficie para los casinos será de hasta 30.000 metros cuadrados, con un máximo de dos salas, lejos de las seis iniciales. Sí que se mantienen los 50.000 metros cuadrados para uso comercial y los 120.000 para equipamientos como teatros y centros de convenciones. Por otro lado, hay 2.400 viviendas previstas en la zona sur del CRT, fuera del ámbito estricto de BCN World.

La rebaja tributaria a los casinos

La apuesta por los casinos es la que, sin duda, más polémica ha generado desde que se anunció el proyecto de BCN World. Ahora mismo, los tres operadores que optan a gestionar las salas - y que tendrán un plazo de 90 días para hacer sus propuestas - son la norteamericana Hard Rock, la china Melco y la catalana Grup Peralada. El concurso de adjudicación, por lo tanto, se convocará durante el primer trimestre del año próximo y cada operadora deberá entregar una fianza de 2,5 millones de euros, que es el aval para el pago final de los 110 millones a La Caixa como propietaria de los terrenos.

En principio, la Generalitat ha dejado claro que se abrirá un máximo de dos casinos, de modo que Melco y Hard Rock concurrirán aliadas y cada compañía se haría con una sala si ganasen. Grup Peralada, que gestiona tres de los cuatro casinos existentes en el Principat, presenta el proyecto en colaboración con la empresa de Malasia Genting y contempla abrir solo una gran sala si es la adjudicataria.

La decisión que más polvareda ha levantado alrededor del juego fue la decisión del Parlament de rebajar los impuestos a los casinos del 55% al 10%. El recorte, que fundamentalmente beneficia a las compañías, prosperó el 2014 gracias a los votos de los grupos de CiU y PSC, pero no entrará en vigor hasta que empiece a operar el CRT. El Vicepresident y Conseller d'Economia, Oriol Junqueras, confesó que votó en contra de esta rebaja impositiva, pero ahora la ha hecho suya y ha asegurado que, gracias a la obertura de las nuevas salas de BCN World, los ingresos de la Generalitat por los impuestos sobre el juego no solo no disminuirán, sino que pueden llegar a duplicarse, llegando a los 45 millones anuales.

Otro factor que ha generado malestar son los posibles vínculos de Melco con la mafia china, según diversas informaciones periodísticas y un informe del departamento de Seguridad Pública del Estado de New Jersey (EEUU) publicado en 2009. Stanley Ho, el gran magnate del juego en Macao, habría tenido relaciones estrechas con el «crimen organizado». Poseedor de un enorme entramado empresarial, Melco está dirigida por su hijo Lawrence.

¿Quién le ha dado apoyo político y quién lo ha rechazado?

Si hay dos partidos políticos que se han volcado en dar su apoyo a BCN World éstos son la antigua CiU y el PSC. De hecho, las dos formaciones fueron las que facilitaron la aprobación en el Parlament de la normativa necesaria para incluir los terrenos y la de la rebaja fiscal a los casinos. Los partidos políticos locales, principalmente de estas dos formaciones, le han dado apoyo unánime, hasta el punto de llegar a actuar en cierto modo como lobby e ir de la mano del sector turístico. Los casos más paradigmáticos son los de los alcaldes de Salou, Pere Granados, y Vila-seca, Josep Poblet, los dos del PDECat. El segundo, además, es el presidente de la Diputació de Tarragona, otra institución con el gobierno volcado en apoyar BCN World. Otro ejemplo es el del alcalde de Tarragona, el socialista Josep Fèlix Ballesteros, también con asiento en el ente provincial.

ERC ha ido modulando su posición sobre el complejo y debido a su entrada en el gobierno, como miembro de la coalición Junts pel Sí, y de la reformulación a la baja del proyecto ha terminado apoyándolo. Durante un tiempo, tanto el President de la Generalitat, Carles Puigdemont, como el Vicepresident, Oriol Junqueras, plantearon la posibilidad de hacer una consulta ciudadana sobre el proyecto, pero finalmente se descartó. La idea, no obstante, generó sudores fríos en algunos despachos nobles del Camp de Tarragona, totalmente reticentes a preguntar a la ciudadanía sobre esta cuestión.

La oposición la han ejercido fundamentalmente CSQEP - primero a través de ICV-EuiA - y la CUP. Tanto Iniciativa como la CUP están adheridas a la Plataforma Aturem BCN World. El diputado tarraconense de la CUP, Sergi Saladié, ha sido el encargado de afianzar la oposición de la formación al proyecto. En julio, por ejemplo, manifestó que todo es una operación urbanística para colocar unos terrenos de La Caixa, y que mientras se hace un espectáculo basado en «humo, humo y más humo». La CUP considera que no se han tenido en cuenta los intereses del conjunto del territorio y en el cas que finalmente acabe operando pide, entre otras cosas, que no participen promotores «vinculados a la mafia» - en referencia a Melco - y que se revierta la rebaja a los impuestos del juego.

La plataforma que canaliza la oposición ciudadana

La oposición ciudadana se ha canalizado a través de la Plataforma Aturem BCN World, que reúne ciudadanos y decenas de entidades y colectivos. La plataforma ha hecho numerosas movilizaciones contra el proyecto y ha intentado contrarrestar el discurso dominante edulcorado que transmitían las instituciones y los grandes medios. Esta semana, una vez se conoció el visto bueno de la Comissió d'Urbanisme de Tarragona al PDU, ha emitido un comunicado en que anuncia el inicio de acciones jurídicas contra el plan.

Además, reitera que BCN World no es el modelo «que el Camp necesita» y a pesar que el actual proyecto rebaje el impacto inicial, una apuesta de este tipo contribuirá «todavía más al colapso durante el verano» y llevará la población «a un sector laboral temporal y precario». La plataforma también se ha centrado en denunciar el impacto ambiental del complejo, considera que cuestiones como el subministro energético o el abastecimiento y la depuración de las aguas no están resueltos. En este sentido, hace un par de meses Greenpeace situó BCN World como una de las principales amenazas para la costa del Estado español. Finalmente, la plataforma opositora alerta que «sigue latente la amenaza del rescate público en caso de quiebra del proyecto».

Fuente (en catalán): http://www.publico.es/public/barcelona-world-resum-cinc-actes.html