Parece que Disney se quiere sumar al carro de los coches de auto-conducción, y su última patente es prueba de ello.
La patente, titulada 'Detección y manejo del comportamiento de un vehículo basado en la conciencia de los ocupantes' propone que el vehículo en el que vayamos montado sea capaz de leer nuestras emociones o saber nuestros intereses y actúe de acuerdo con ellos. Por ejemplo, dice que mediante el uso de una cámara en el propio vehículo o una pulsera inteligente (probablemente la Magic Band), la atracción puede leer nuestras expresiones faciales y saber si estamos aburridos o no, cosa que haría variar la velocidad o la brusquedad de la atracción, el escenario que se nos muestra o incluso el recorrido.
Esto podría hacer que dependiendo de la edad de la persona que va en la atracción se muestren unos u otros contenidos, o que si el sistema detecta que el pasajero no se encuentra bien reduzca al mínimo la intensidad de la atracción. Todo esto lo haría en directo; es decir, que si detecta que al principio estamos aburridos aumentaría la intensidad, pero si luego detecta que es demasiado para nosotros, volvería a disminuirla.
También habla de perfiles para los usuarios, diferenciando los que buscan emoción y adrenalina de los que no, seguramente indicado previamente por el cliente en una especie de formulario.
De momento la prioridad por decirlo de una manera es aplicar esta tecnología al transporte dentro del parque. La propia patente dice que si un usuario sube al vehículo con la intención de que éste lo transporte, el vehículo tomará el camino más directo y no habrá ninguna interacción con los alrededores. Si por el contrario el sistema detecta que se trata de alguien que ha indicado previamente que quiere ser educado durante el viaje, ser entretenido de una forma particular o simplemente estar informado de promociones o novedades del parque, el vehículo actuará de una forma u otra. Incluso dice que el vehículo puede ser capaz de detectar los niveles de confort del usuario, adaptando la temperatura del aire acondicionado al gusto del consumidor.
Esta tecnología, aplicada al transporte, y sincronizada con otros servicios de los parques Disney, nos ayudaría a planificar mejor el día en el parque, ya que si conoce las horas en las que tenemos que ir a cada atracción, puede ayudar a que la espera sea más amena tomando un camino más largo con un programa de entretenimiento, o al contrario si se va con el tiempo justo.
Aunque la patente se centra en el mundo del transporte dentro del parque y en atracciones parecidas a la de Ratatouille en Paris, también se podría aplicar a montañas rusas indoor, aunque no tengan tanta versatilidad como los coches auto conducidos. En ese caso, cada viaje en la atracción sería experiencia diferente, cosa que haría que la gente repitiera más en cada atracción.
Pero por el momento sólo se habla de transporte; y se trata de una patente, cosa que quiere decir que quizás nunca vea la luz. Pero cabe destacar el empeño que Disney está poniendo en este tipo de tecnologías, ya que esta no es la única patente que Disney ha hecho en los últimos meses relacionada con el tema: desde una que sigue lo que miramos con los ojos para saber donde colocar las animaciones hasta otra que, a través de la información que los usuarios dejan sobre ellos jugando a un video juego, adapta los contenidos de la atracción, todo parece indicar que las atracciones en un futuro serán experiencias personalizadas para cada uno de nosotros.
Sea como sea, puede ser una gran pista sobre cómo se está encaminado el futuro de los parques temáticos hacia experiencias más cada vez más personalizadas.